Reflexión:

“Seres especiales”

            Todos pasamos por la infancia por etapas de la vida,  que algunas no recordamos y otras que marcan nuestra personalidad por siempre.

Infancia es una de las épocas más maravillosas, somos libres, no tenemos más que las responsabilidades de jugar y disfrutar con nuestros hermanos en un principio y después con nuestros pares cuando somos integrados a las instituciones educativas.

Nuestros padres y nuestras madres nos dan lo mejor para desarrollarnos, y cada uno de nosotros trae consigo dones, habilidades y destrezas.  Algunos tienen mayor facilidad para correr, brincar, saltar; otros de pintar, cantar, dibujar, otros para la música, el pensamiento lógico matemático, la literatura sobresaliendo con mayor facilidad en un área que en otra.

Pero qué es lo que hace que cada niño o niña sea tan especial?

Primero partiremos que son seres con un corazón abierto a todos, no hacen distinción ni de sexo, cultura, discapacidad o de talento.

Se ven a cada uno como personitas que experimentan y desean aprender de todo lo que les rodea.  Algunos tendrán sus ayudas, su silla de ruedas, sus anteojos, sus estrategias para lograr interactuar con otros para modificar conductas proporcionadas por sus padres, docentes y especialistas.

Cada uno a su manera de enfrentar el mundo que les presentamos.  Son empáticos siempre, especialmente en edades pequeñas, su mundo gira alrededor de explorar, de sentir y percibir de ser amados y respetados.

No importa la forma en que puedan vencer sus obstáculos, estimúlelos, deles cariño, paciencia y tolerancia en lo que tenga que hacer sin dejar de lado las normas y el respeto.  Algunas veces perderemos la paciencia, los niños necesitan su tiempo y su espacio solo démelos su oportunidad aunque a  veces repitan y repitan para lograr la meta, desde los reflejos iniciales hasta el poder gatear, caminar, patear una bola, tomar un lápiz, aprender el abecedario, los números. Por cada proceso que pase conlleva tiempo, repetición, dedicación de todos para brindarles oportunidades, recursos, nunca cerrarles el paso, porque su capacidad  es mayor que la nuestra y pueden alcanzar lo que se propongan solamente con darles el estímulo y el cariño que necesitan.

Somos los principales precursores de una actitud positiva e inteligente ante nuestros hijos y nuestros estudiantes.  Nunca les detengamos su curiosidad por conocer y experimental el mundo que los rodea.

Cada uno de ellos vino a este mundo siendo especial, con un propósito de vida que no conocemos pero sí podemos encauzarlos, apoyarlos y amarlos para crear niños y niños solidarios con los demás.