Muchos niños con DA se sienten infelices.  Piensan que no aprenden con la rapidez suficiente.  Algunos tienen dificultades para pasarla bien en la escuela, como para sentarse y estarse quietos.  Otros niños se ríen  de las cosas que dicen y hacen.  Y los niños con DA se sienten tristes, heridos y enojados.

Cuando los niños sienten tristeza, dolor y enojo, en ocasiones lloran y dicen que no quieren ir a la escuela e incluso enfermarse intencionalmente.  Otros se enojan con sus padres, docentes, hermanos, hermanas o con otros niños, y abra otros que se metan en líos o dejan de esforzarse por cumplir con sus tareas escolares..

Algunas veces, nadie comprende o se interesa por lo que sucede.  Ya que los otros niños, como los maestros y los padres, no los entienden.

La mayoría de las veces, los niños con DA no comprenden por qué se sienten tristes, heridos y enojados.  A estos niños les resulta díficil explicar qué es lo que sienten en ese momento de alguna rabieta.

Cuando los niños no pueden hablar con nadie de sus sentimientos de tristeza, dolor y enojo, éstos no desaparecen.  Por esta razón siguen sintiéndose tristes, heridos y enojados.  Les resulta difícil divertirse, se les dificulta hacer sus tareas escolares, les es díficil pensar en cualquier cosa que no sea sus sentimientos, a esto se le llama «sentirse deprimido».