LA COMUNICACIÓN se refiere a  afirmaciones de hechos (hoy visitaremos a la abuela), a preguntas comunes (¿cómo te fue en la escuela?), a una opinión personal (me gusta ir al lago), a la expresión de sentimientos (me molesta que…), y  a hacer peticiones (por favor, vacía tu lonchera).

            Normalmente los padres y los docentes utilizan la COMUNICACIÓN como un mal sustituto de  algunas otras estrategias.  Al decir: “No me gusta que peleen tanto”, es comunicar un sentimiento, pero si quiere decir: “Dejen de pelear”, debe expresarlo así, directo y sin ningún rodeo que adorne la acción que usted desea que se ejecute.

            Existe el error y por ello los padres y docentes se sienten como atrapados en la forma de pensar, ya que suponen que muestran respeto a un joven si se le habla con frases suaves, y esa no es la regla. Cuantas más palabras utilice para llegar al punto central, es más probable que sea mal entendido el fin que al que usted quiere llegar y trasmitir, y confundamos a los hijos o estudiantes y esto  debilite su autoridad.

            No confunda la COMUNICACIÓN con otras estrategias tales como: empatía, motivación.  La comunicación debe abrir la brecha de la educación, el respeto, la enseñanza, la felicitación y desde luego establecer la empatía con nuestros hijos o estudiantes.

            ¿Cómo DECIRLO?

¿Cómo NO DECIRLO?

 

Si sus esfuerzos de comunicación no son satisfactorios, es probable que haya utilizado en exceso una o más de las estrategias anteriores.  Haga la  prueba con una estrategia diferente o emplee alguna combinación.  Es muy probable que obtenga mejores resultados.