Los científicos han llegado a determinar como la exposición producida por el estrés que sufren las madres durante el período de gestación puede algunas veces tener efectos perjudiciales, dependiendo de la causa, el tiempo, duración y la intensidad que este estrés tenga en la madre.
El feto se le transmite el estrés materno, porque las hormonas del estrés tienen la habilidad de pasar por medio de la placenta. Las estadísticas nos demuestran que las madres con niños autistas, sufrieron altos niveles de estrés en este período, por un desacuerdo familiar, problemas emocionales u otros disparadores de estrés que les paso durante su embarazo.
Se ha llegado también a la conclusión mediante 4 diferentes estudios, que se asocia el estrés materno durante el embarazo con problemas en el desarrollo social y emocional durante la infancia.
El riesgo de tener un niño autista aumenta durante las 25 a 28 semanas de gestación por estar expuestos al estrés materno dentro del útero, específicamente en el segundo trimestre de gestación.
Otro estudio demuestra que los niños pequeños con autismo que no hablan es porque experimentaron estrés prenatal durante la 21 y 23 semanas de gestación, un signo que los investigadores determinan que el estrés tiene causas muy graves.
Durante un seguimiento a 2,900 mujeres que presentaron estrés durante la gestación en una forma típica, como el estrés que produce los diferente eventos de la vida, un divorcio, un cambio de casa; están significativamente ligados al desarrollo del autismo o de Déficit de atención con hiperactividad a la edad de dos años.
También se ha hallado que una discordia familiar, problemas neurológicos, tensión personal se relacionan con retrasos en el desarrollo evolutivo y problemas conductuales en los niños.
Otros factores que producen estrés en las madres durante el embarazo y afectan en una forma significativa el riesgo son :
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Eventos negativos especialmente durante las 24 a 29 semanas de gestación puede ocasionar partos prematuros y el riesgo de padecer autismo.
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Excesiva ansiedad o depresión durante las 26 semanas puede ocasionar partos prematuros, bajo peso al nacer, siendo estos un factor de riesgo del autismo y las condiciones generales de salud del infante.
- El estrés laboral a sido también asociado con el incremento de partos prematuros, en aquellas madres que sufren altos niveles de estrés en las últimas semanas de embarazo a partir de la semana 30.
- Las madres con problemas de divorcio, agresión o crueldad por parte de la pareja durante el embarazo, son los que pueden sufrir en sus hijos un desarrollo cognitivo bajo, algo muy asociado al autismo.
Recordemos que todo esto se da ya que algunas áreas del cerebro de estos niños han sido vulnerables en su proceso de desarrollo durante la gestación. La razón es porque el papel que juega el estrés durante este período, específicamente el cortisol que es la primera hormona que responde en nuestro cuerpo al estrés, la cual gradualmente se incrementa de dos a cuatro veces de lo normal en la gestación , ya que juega el papel fundamental en el tercer trimestre en el desarrollo de los pulmones del bebe para que tenga la capacidad de tomar su primera respiración al nacer. También nos ayuda a relajar el canal del nacimiento durante el parto. Si factores externos hacen que la madre produzca aún mayor cantidad de cortisol, esto significa que el feto esta sobreexpuesto de lo necesario en su salud.
Los receptores hormonales en nuestro sistema nervioso central juegan un rol crítico en el desarrollo del cerebro, especialmente en las regiones que regulan las emociones y las funciones cognitivas, donde los estudios nos indican que una exposición excesiva de cortisol, particularmente durante estos períodos es muy vulnerable en el desarrollo cerebral y llegan a ser tóxicos.