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Los niños entre los 5 y 7 años no comprenden bien el significado de la muerte. Quizá sea necesario volver a decirles que cuando un ser querido muere, nunca más regresará.

Los niños imitan a quienes tienen a su lado a cómo comportarse ante la muerte, si los adultos enfrentan el hecho en forma impasible y sin expresar tristeza, los niños aprenderán que no está permitido demostrar los sentimientos ni hacer preguntas, este comportamiento ocacionaría que tengan que encontrar otra forma para expresar sus sentimientos.

Ayude a los niños, al fallecer alguien muy cercano o importante para ellos, a que expresen su dolor mediante desvíos de conducta o retraimiento. Esto podrá dar como resultados conductas desruptivas, riñas, descuido o abandono a las actividades que le gustan.

Si la muerte fue inesperada o violenta, es probable que tengan pesadillas o alguna otra forma más intensa de angustia.

Los rituales son muy importantes para el proceso de recuperación, la misa a la memoria del difunto, la vela y el funeral ayudan a reforzar la realidad de que el ser amado está fallecido, ofreciendo una línea de demarcación más clara para ayudar a que la gente siga adelante.

Hacer recuerdos, ver fotografías o vídeos, aunque pueda ser doloroso al principio, un componente vital de la recuperación es dejar que los momentos más felices actúen como protección contra los recuerdos tristes de la pérdida.  Es probable que los niños siempre extrañen al ser que perdieron, pero al paso del tiempo podrán sonreír con los recuerdos en vez de llorar.

Los expertos están de acuerdo en que no hay un periodo «normal» de luto.  Incluso cuando parece que un niño se ha recuperado, es probable que haya momentos de gran tristeza, sobre todo durante el primer año.  Las fiestas, los cumpleaños y los aniversarios son momentos familiares especiales que pueden desencadenar en tristeza.

Cuando los niños pasan está situación su vida debe de seguir igual, evitar la lástima, sobreprotección.  Hay que ayudarlos a enfrentar su nueva vida con mucho amor, paciencia, perseverancia.  No dejen de hablarle de la persona que murió,  más si son muy pequeños porque entonces no la recordarán.  Se debe de actuar con normalidad dentro de la anormalidad.

¿Cómo DEBE decirlo?

¿Cómo NO decirlo?

Recuperarse emocionalmente de la muerte de un ser querido puede llevar mucho tiempo.  Los niños que se recuperan mejor tienen personas que los apoyan, que cubren sus necesidades, que saben cómo darles consuelo y seguridad y que además, están dispuestos a escucharlos en todo momento.

 

Tomado del Libro : ¿Cómo decirlo a los niños? Dr. Paul Coleman. Y comentarios de la profesional que escribe.