No podemos esperar que los niños sean adultos pequeños.
Si se han de sentir confiados y seguros, se les debe permitir en ocasiones que las cosas no marchen como nosotros queremos.
También ayuda el que admitamos los errores que cometemos. Ellos necesitan saber que nosotros tampoco somos perfectos.
“ Lo siento. No debí haberte gritado. Me he sentido mal durante todo el día,perdóname”.
Démosle enseñanzas de vida a nuestros hijos! 🙂