Cuando las palabras, las ideas y los sentimientos salen de nuestros labios y se introducen en los oídos y ojos de los niños es el proceso que llamamos “comunicación”.

La comunicación relaciona no sólo lo que decimos, sino la forma en que lo decimos; es un elemento clave en el crecimiento de los niños saludables.

La comunicación no son solo palabras, son miradas, sonrisas y gestos que expresamos siempre.  Normalmente como adultos logramos comunicar muy bien cuando damos direcciones u órdenes, pero tenemos la dificultad a la hora de comunicar sentimientos propios.

Debemos de aprender a hablar y escuchar con sentimientos, cuando canalizamos las palabras y los sentimientos seremos escuchados.

La comunicación es importante ahora y para después, porque ayuda a los niños a desarrollar su confianza en sí mismos y a afirmar sus relaciones con los demás.  La buena comunicación hace la vida más placentera, les ayuda a llegar a adultos con buenos sentimientos acerca de sí mismos, ser seguros y con la capacidad de comunicarse con los demás.

Las relaciones cálidas, de cooperación y de sentimientos de auto estimación se deben a la buena comunicación, por el contrario la pobre conduce a relaciones frustrantes, a conflictos y a sentimientos que no los llevan a ser positivos y optimistas; es una excelente inversión el aprender a ser un buen comunicador.

 

 

DE ACEPTACIÓN

 

Al hacer sentir a nuestros niños que son aceptados como son, crecen, cambian y se sienten bien con ellos mismos, al sentirse así tienen mayor posibilidad de llevarse bien con los demás.

Cuando los aceptamos como son, es más sencillo conversar con ellos, se siente aceptado y tiene disposición a compartir sus sentimientos y sus problemas, así nosotros como padres tendremos mayor claridad para escucharlos.

Les explicaremos que piensan los niños de los adultos cuando estos:

Amenazan

Dan órdenes

Dan sermones

No me quieres

Un ejemplo de comunicación de aceptación se da cuando tu hijo te dice que tiene miedo al dormir solo, te diremos la respuesta de NO aceptación y la de ACEPTACIÓN:

No aceptación: que vergüenza, te estas comportando como un bebe grande; sabes que no hay nada de qué asustarse.

ACEPTACIÓN: sé que estas asustado, voy a dejar la luz encendida y la puerta abierta para ti.

Consejo:

“Podemos aceptar a los niños sin aprobar necesariamente su conducta. “Te amamos y aceptamos como eres, pero no aceptamos tu conducta cuando haces algo malo”.