¿Cómo puedo saber si soy o somos sobreprotectores? [i]

 Vamos a darte una lista, si marcas la mayoría eres una persona sobreprotectora.

PREGUNTA

SI

NO

Le hago la tarea y sus proyectos.    
Si lo están molestando, intervengo para defenderlo.    
Cuando me pide las cosas lloriqueando, respondo automáticamente y soluciono su problema.    
Le cargo sus cosas cuando lo llevo o cuando sale de la escuela, colegio: libros, bulto, suéter, etc.    
Le doy de comer en la boca, lo visto, lo baño o peino.    
No le permito que participe en excursiones o acontecimientos a lo que asisten sus demás compañeros, por miedo a que le pase algo.    
Reviso todo lo que hace.  Siempre encuentro algo que corregir.    
Para protegerlo le provoco miedo: “si no te fijas, te va atropellar un carro ¡y te vas a morir!.  O utilizo otras formas.    
Escucho sus conversaciones y esculco sus cosas.    
Le “adivino el pensamiento”.  Estoy pendiente de todas sus necesidades y deseos.    
Se sienten agobiados y exhaustos al final del día.    
Muestran ansiedad y preocupación cuando están lejos de ellos.    
El único interés como padres son sus hijos.  Viven solo para ellos.    
Aunque se queja, sigo llamándolo por sus diminutivos o sus apodos de “cariño”.    
Selecciono sus amistades.    
Ignoro, tapo o justifico sus errores o equivocaciones.  “Es que está cansado, extraña a su papá”, etcétera.    
Nunca le permiten que otros adultos lo corrijan.    
Lo defiendo frente a sus docentes, amigos, parientes.    
Les encanta que dependan de ustedes.    
Jamás digo algo negativo de mis hijos a otras personas.    
Se sienten culpables cuando no los ayudo.    
Aunque son adolescentes y protesten, yo les arreglo sus cosas y su habitación.    
Manipulo para que hagan lo que yo quiero.    
Cuánto más me necesita mi hijo o mi alumno, más feliz me siento.    

 

La base y el fundamento de las actitudes que tenemos con nuestros hijos o estudiante son creencias equivocadas que tenemos en el subconsciente.  Muchas veces son heredadas por nuestros padres o resultado de nuestra educación.



[i] Extraído del libro: Disciplina con amor