“SÍNTOMAS DEL SÍNDROME DEL NIÑO CONSENTIDO”[i]
Parece ser que casi nunca escuchamos este síndrome, nos hablan del autismo, asperger, rett y otros síndromes pero “SÍNDROME DEL NIÑO CONSENTIDO” raras veces, le vamos a contar un poco.
Normalmente suele darse el síndrome en aquellos padres que son muy permisivos con sus hijos, existen diferentes grados. Podríamos creer que estos niños que reciben todo, se les consiente en todo, serán niños contentos, satisfechos, agradecidos. Pero no es así, estos niños crecen sin una estructura, caprichosos, demandantes e insatisfechos. Su nivel de tolerancia a la frustración es muy bajo porque no pueden soportar una negación o que se les contradiga. Se salen siempre con la suya y no consideran a los demás, el mundo gira alrededor de sus deseos e intereses. Su característica principal es que son niños muy egoístas y poco simpáticos.
Todas las características anteriores es lo que se llama “síndrome del niño consentido”, es una enfermedad que le es muy difícil reconocer en sus propios hijos pero si en los demás niños, siendo esto normal, tenemos a nuestros hijos muy cerca y no sabemos qué problema tiene, de dónde provienen sus dificultades, pero en otros si detectamos las conductas negativas.
¿Qué conductas puedo observar para saber si sufre del síndrome del niño consentido?
- Son demandantes y egoístas: primero es él y último es él. Es más importante lo de él que lo de los demás. Se sienten especiales y mejores, son los únicos que cuentan y quieren atención constante.
- Caprichosos y por todo se enojan: siempre quieren que se satisfagan sus deseos en forma inmediata y nos demás no cuentan en nada. Al complacerlos, se enojan, son groseros o hacen berrinche.
- Antipáticos: son fastidiosos, cansan y hartan a los demás, únicamente los padres de estos niños suelen ignorar esta conducta.
- Tienen dificultad para relacionarse: les es muy difícil jugar con los demás, se enojan y se retiran si los demás niños no los complacen. No pueden perder.
- Envidiosos e insatisfechos: tienen celos, envidia y difícilmente comparten. Nunca se sacian da nada, siempre quieren más y más. A los padres complacerles sus caprichos se creería que son más felices pero es lo contrario son más infelices de lo parecen estar.
- Descontentos y siempre de mal humor: a pesar que se les complace en todo, siempre tienen motivos para estar molestos y de mal humor. Entre más reciben, peor se portan.
- Flojos: siempre dependen de otros para que les hagan las cosas, a pesar que no comparten con los demás, pero por conveniencia buscan esa ayuda. Son los niños acostumbrados a recibir siempre y no a hacer. Los adultos están siempre a su servicio. Al salir del núcleo familiar les es difícil adaptarse socialmente, ya que no entienden porque no tienen los mismos privilegios que en su casa.
- Apáticos: no son felices porque el interés por las cosas es sólo por el momento, se aburren con facilidad y muestran desinterés por las cosas. Hoy quieren una cosa, más tarde otra, pierden la pasión y el entusiasmo.