Lo más importante cuando observamos un niño no es si hace o no hace, sino con qué FRECUENCIA e INTESIDAD repite sus conductas.

Podemos ver niños inquietos o lentos, dividiremos las conductas en 4, como una guía para observarlo y se presenta alguna de ellas por periodos de 6 meses o mayores, es recomendable que una especialista lo valore.

CONDUCTAS[1]
Emotivo Impulsivo Distraído Inquieto
Se frustra con facilidad. Habla en exceso. No sigue instrucciones. SIEMPRE está en movimiento, como si tuviera un motor por dentro.
Se enoja por nada. Problemas para levantar la mano y esperar su turno. Deja los trabajos incompletos. Interrumpe la lección y se sale a menudo del tema.
Es muy irritable. Sabe las reglas, pero las incumple siempre, a pesar que conoce las consecuencias. Se le dificulta enfocar su atención, sobre todo cuando se requiere de un esfuerzo mental. Se pone de pie constantemente.
Pierde el control fácilmente. Le es difícil hacer fila. Da la impresión que no escucha cuando se le habla. Siempre tiene algo en las manos.
Se emociona mucho. Le gustan las actividades peligrosas sin medir las consecuencias. Se aburre fácilmente. Le cuesta esperar, siempre quiere todo “YA”.
Difícil de disciplinar. Es torpe, quiebra cosas. No pone atención a los detalles.
Baja autoestima. Inicia alguna actividad sin haber escuchado las instrucciones. Es desorganizado, inconsistente, todo lo pierde o lo olvida.
Molesta a los otros. Son lentos al escribir.
Hace las cosas o tareas muy rápido, sin cuidado y la calidad de su trabajo no es buena. Tienen dificultad para concentrarse en una tarea específica.

[1] Tomado del libro: “Así aprendo, guía para educadores”.