Antes de iniciar la explicación de esta forma, una regla de oro que debemos de aplicar es:

“Decir por favor no sólo es un modelo de educación, sino que en realidad ayuda a los padres y docentes agraviados a tener un mayor control de sus emociones”

Iniciaremos esta cuarta forma con un ejemplo en concreto:

“Luis, póngase  el sweater  si vas a salir, te puedes resfriar”.

“No, no me voy a resfriar, mamá”.

“Sí, te vas a resfriar.  Te dará mucho frío, póngaselo”.

“Pero, mamá…”

“No me gusta que no lo uses”.

“¡Pero a mí sí!”.

En esta conversación de madre e hijo podemos notar dos errores cometidos por la madre: primero que todo confunde LO QUE SE DEBE HACER Y LO QUE SE DEBE EVITAR con ENSEÑAR.  Si su fin es que el niño utilice el sweater, debe decirlo sin darle explicaciones.  Las reglas y las órdenes no son peticiones, cuando un padre.  Cuando un padre explica las razones de su orden, la consecuencia es que si el hijo lo vence en su lógica, es probable que la regla quede sin efecto, si cree que explicar la regla es importante (ENSEÑAR), siéntase en libertad de hacerlo.  Pero si se inicia un debate, deberá estar preparado para reforzar la regla o iniciar las negociaciones.  No tiene caso dar más explicaciones.

El segundo error fue decirle que no le gustaba que saliera sin el sweater, ésa no sólo no es una orden (está comunicando su opinión), sino que le da la oportunidad al niño o adolescente de contradecir la afirmación de su madre.

Todos los padres y docentes tenemos reglas, éstas pueden cambiar e incluso negociar, no tienen sentido si estas no son reforzadas.  Conforme los niños son pequeños las explicaciones a las reglas son sencillas: “No puedes comer en el sillón porque…..”, al crecer estas reglas invitan a la discusión.  Nuestros hijos y estudiantes necesitan una estructura de reglas que obedecer, lo importante es que las reglas que no se pueden negociar comprenden valores morales y de seguridad.

Para que las reglas surtan efecto, deben de reforzarse con al empatía que creamos y proyectamos, aceptar y decirle a nuestros hijos o estudiantes con sinceridad que sabe que él está desilusionado o enojado puede ablandar un poco las cosas.

Recordemos: las mejores reglas son CLARAS Y CONCISAS, al establecer la regla pregúntese si en verdad se trata de un momento de enseñanza o si sencillamente es necesario imponer una regla, además de preguntarse si está dispuesto a negociar.

 ¿Cómo DECIRLO?

 ¿Cómo NO DECIRLO?

El mejor momento para cumplir esta forma de hablar es cuando: tiene toda la atención de su hijo o estudiante, cuando se arriesgan a un daño personal, cuando usted es muy claro a lo que quiere que suceda, cuando es capaz de establecer reglas claras.