Recordemos que las habilidades sociales son las conductas necesarias para interactuar y relacionarse con los demás de forma efectiva y mutuamente satisfactoria. Es decir que al tratarse de conductas nos indica que son aspectos que podemos observar, medir y modificar; no son rasgos innatos del sujeto, ni están determinados por su código genético y ni por su condición de discapacidad (si la hay).
Las habilidades sociales entra el juego con el otro, no son habilidades de autonomía personal, sino situaciones en las que participan más de dos personas. Esta relación es efectiva y mutuamente satisfactoria en ambas vías. Una persona con habilidades sociales defiende lo que quiere y expresa su acuerdo o desacuerdo sin generar malestar en la otra persona.
No solo tener las habilidades sociales es lo importante, sino ponerlas en práctica en la situación adecuada, esta adecuación de las conductas al contexto es lo que se denomina «competencia social».
Las personas que carecen de habilidades sociales afrontan las situaciones de dos formas:
- Conducta pasiva: evita las situaciones o accede a las demandas de los otros con la finalidad de no exponerse a enfrentamientos.
- Conducta agresiva: infringe los derechos de los demás para obtener sus metas.
Poseer un buen manejo de las habilidades sociales se le conoce como conducta asertiva que es pedir lo que quieres y negarte a lo que no quieres de un modo adecuado, lograr las metas sin dañar a otros, expresar sentimientos y pensamientos, realizarse como persona y sentirse bien con uno mismo.
El aprendizaje de las habilidades sociales esta condicionado a las experiencias vividas, el entorno y los modelos que rodeen a la persona.
Las habilidades sociales tienen dos componentes: los verbales y los no verbales.
Los componentes no verbales se refieren al lenguaje corporal, el cómo nos mostramos cuando intercalamos con el otro, la distancia interpersonal, contacto ocular, postura, orientación, gestos y movimientos que hacemos con nuestro cuerpo para relacionarnos con los demás.
Si un sujeto tiene dificultad en los componentes no verbales se le dificultará la distancia interpersonal, el contacto físico, la expresión facial, decir que no y el seguimiento de instrucciones entre otras.
Los componentes verbales hacen referencia al volumen de la voz, el tono, timbre, la fluidez, tiempo de habla, entonación, claridad y velocidad además del contenido del mensaje. Las personas que no dominan este componente verbal son aquellas que acaparan siempre toda la conversación sin dejar hablar a otros, hablan de forma muy rápida o muy despacio, al contar una historia no van al grano de la misma, sino que dan mil rodeos o su timbre de vos es muy agudo.
EVALUACIÓN E INTERVENCIÓN:
En el proceso de la evaluación psicopedagógica podemos evaluar e intervenir lo siguiente:
- Habilidades corporales básicas (colocarse enfrente de una persona, contacto ocular, tono y ritmo de voz adecuado, expresión facial y postura corporal).
- Escuchar activamente.
- Saludar y despedirse.
- Presentarse.
- Interrumpir.
- Conversar.
- Hacer amigos.
- Decir y aceptar agradecimientos.
- Hacer y recibir cumplidos.
- Disculparse.
- Hacer y aceptar críticas.
- Seguir instrucciones.
- Negociar.
- Aceptar y prestar ayuda.
- Solucionar problemas.
Existen varios protocolos de evaluación de conductas no verbales y verbales. Estas evaluaciones son cualitativas e individuales, los contenidos son los aspectos que definen la conducta no verbal o verbal. En las evaluaciones no verbales se valora la distancia corporal, contacto ocular, contacto físico, apariencia personal, postura, expresión facial y en la conducta verbal aspectos como contacto ocular, comunicación, participación de actividades, expresión de sentimientos, participación de actividades y otros.