Existen niños y niñas, que en verdad, golpean a los otros, como todos lo saben; hasta se podría afirmar que todo niño que golpeó o golpeará a otro a alguna vez en su vida.

     Pero hay diversos motivos que pueden conducir a un niño a golpear a otro.

1. Cuando la agresividad se dirige hacia una persona determinda (padre, madre, hermano) puede ser que la causa sea la incomprensión de los educadores o celos inconscientes cuyos orígenes deben descubrirse.  Los niños celosos son fácilmente hostiles hacia sus compañeros.   Esto es, por otra parte, lo primero que de debe de averiguar.  Si la brusquedad tiene por origen los celos, son ellos los que se deberán de evitar.  Ha menudo los celos son provocados y mantenidos por errores de la educación.

2. La brusquedad puede también ser el resultado de un ataque verbal o físico.  Podemos citar un niño acusa a otro de ladrón; como éste no conoce otro medio, ataca para defenderse de la acusación.  Es deber de los padres indicar otros caminos para defenderse y solucionar problemas.

3. Existe un tipo de agresividad “gratuita”; el niño ataca de repente y sin ningún motivo a cualquier compañero.  En este caso se puede tratar de un equivalente a alguna enfermedad o de una ausencia de control cerebral motivada por otro tipo de enfermedad.