Muchas veces como padres sentimos lástima cuando nuestros hijos sufren alguna dificultad ya sea de aprendizaje, o porque algo no hacen bien. Nos sentimos tristes por ellos, que no reaccionamos adecuadamente cuando se portan mal.
Los niños y niñas necesitan disciplina y una estructura a seguir, los padres deben de tener un frente unido en la casa y nunca dudar en responder cuando un niño se porta mal.
Piaget pensaba que los niños esperaban uno o dos posibles castigos, dependiendo de su etapa de desarrollo: un castigo expiatorio o un castigo por reciprocidad. El castigo expiatorio es asignado por un adulto con autoridad cuando un niño rompe las reglas. Es firme pero nunca abusivo, u no tiene que ser proporcional a lo que el niño hizo. Es el más efectivo hasta que los niños alcanzan los 9 o 10 años. Al alcanzar esta edad empiezan a expresar su necesidad de autonomía e independencia, es aquí cuando este tipo de regla deja de funcionar.
El día de hoy se le llama aplicación de las consecuencias lógicas, es decir en lugar de imponer regla contra las cuales los niños mayores se rebelan, los padres se sientan con los hijos para establecer de mutuo acuerdo las consecuencias de una acción específica.
Es aconsejable siempre responder en forma apropiada ante los comportamientos inapropiados, cualquiera que sea la consecuencia lógica que se aplique, debemos asegurarnos que el niño deje ese comportamiento.
Expondremos un ejemplo de consecuencia lógica:
“Dejaste tu plato y tu vaso sucios junto al televisor, sabes que tienes que lavar o recogerlos (dependiendo de la edad del niño o la niña), cuando comes en la sala de televisión; ésas son las consecuencias para que se le permita comer en la sala; como no lo hiciste durante una semana no podrás comer en la sala de televisión”.
¡Que pasen un lindo fin de semana, recuerde darles calidad de tiempo a sus hijos e hijas!!